El potencial cuántico, a
diferencia del campo de fuerza que se manifiesta en el espacio-tiempo
universal, es un “campo de forma” que subyace a toda la naturaleza en sus
componentes materiales, energéticos y mentales.
Se dice que es el campo que da
forma a las cosas, porque la aparente dinámica que se estudia en la Física,
vista como un sistema de referencia, no subsiste ni en el tiempo ni en el
espacio, sino en un “eterno ahora”, donde todo lo que cuenta es la forma y la
capacidad de plasmar los objetos a su imagen y semejanza; en concepto, es la
efectividad del “campo de forma”, el que moldea el Universo a nivel cuántico; y
de hecho lo hace instantáneamente en una sincronicidad sin fin.
Este es el llamado “orden implicado”
de Bohm; mientras que el Universo del espacio-tiempo y de la materia-energía es
el “orden explicado” en cuyo despliegue estamos inmersos los seres humanos como
cuerpos físicos. El “orden explicado” está pues compuesto por objetos que a su
vez están compuestos por átomos, que a su vez están compuestos por partículas
sub-atómicas (elementales). Precisamente cuando entramos en el reino de las
partículas sub-atómicas (cuantos), es que se descubre la existencia de una
danza sincrónica; y esta es la maravilla que hasta hoy no es posible explicar
por la ciencia que se queda en lo local del espacio-tiempo universal.
(Hasta aquí, editado de SINCRONICIDAD de Pauli
y Jung por Massimo Teodorani).
Michio Kaku hace una aproximación
que trasciende el espacio-tiempo universal a través de la “teoría de cuerdas”
aún no totalmente aceptada como tal, en la que prospecta ir más allá del
“cuanto” (partícula sub-atómica) a las “cuerdas” (vibraciones puras). En la
Mecánica Cuántica se puede decir que el extremo de transición al “más allá del
espacio-tiempo” se da a nivel de los NEUTRINOS - Materia Oscura (MO), en su
transformación continua en Energía Oscura (EO) y vice-versa, entendiendo que
ello ocurre igual INTRA-universo que EXTRA-universo donde continúa la
no-localidad y el entrelazamiento a nivel energético (tener presente el
predominio absoluto de la energía oscura a este nivel).
Para hacerlo más gráfico, nosotros como seres humanos, somos (a nivel
celular del ADN) “seres cuánticos” y nos componemos de cuatro cuerpos INTRA
(mental, físico, emocional y casual); uno interconector resonante (CONCIENCIA);
y dos EXTRA (energía etérica que llaman alma y energía vital que llaman
espíritu). En el INTRA, opera la mecánica cuántica (onda-partícula;
energía-materia); en el interconector la RESONANCIA (que son los infinitos
puntos de comunicación entre el INTRA y el EXTRA); y en el EXTRA, donde
operarían las llamadas “cuerdas” (onda-energía en mundos multidimensionales con
gradualidad de vibración, hasta la energía pura o energía suprema).
Es importante anotar que
mecánicamente, somos atravesados permanentemente, por trillones de NEUTRINOS
que al colisionar con nuestro componente bariónico (cuerpo físico) y
atravesarlo, propicia la continua y permanente transformación MO-EO-MO-EO, con
predominio de la energía oscura.
Todas las dimensiones son
atravesadas por el cuerpo interconector resonante –la CONCIENCIA- que permite
las reacciones instantáneas en la
multidimesionalidad, es decir, el “eterno ahora”.
La multidimesionalidad, más allá de la 3-D (del
espacio-tiempo universal), atraviesa y trasciende el Universo; igual que
atraviesa y trasciende al ser humano y hace a ambos un TODO coherente EXPLICADO
(materia-energía del espacio-tiempo Universal: local) e IMPLICADO (energía del “eterno
ahora” que existe desde siempre, ahora y por siempre a través del
entrelazamiento y no-localidad cuántica).
LBV