Una forma conceptual de establecer la vida y la existencia,
es entender, que la VIDA es la organicidad del cuerpo humano, mientras la
EXISTENCIA es la energía que lo circunda, que lo penetra y que lo conecta al
TODO (universal).
La conexión –como hemos visto- es la CONCIENCIA en
sus tres dimensiones: (i) la dimensión trascendente adscrita a la energía
etérica (Alma)); (ii) la dimensión operativa adscrita a la Mente; y (iii) la
sensorial adscrita al sistema celular y a través de este, a todos los órganos
del cuerpo físico.
Podemos entonces afirmar, que la EXISTENCIA es la
ENERGÍA en todas sus formas y dimensiones; y la VIDA es la dimensión ORGÁNICA
del CUERPO HUMANO o de todo elemento (ser) viviente vegetal o animal, que existe
a través de la energía que lo anima.
Ahora, la VIDA HUMANA incluye por supuesto la MENTE
y la Psique, que implica al subconsciente.
Se establece así la dinámica de la llamada
SINCRONICIDAD (Carl Jung – Wolfgang Pauli)… de la Psique a los arquetipos del “pegamento
del Universo” o “sopa cuántica”. Debemos sí establecer una aclaración
conceptual importante: Jung y Pauli utilizan el término psique, implicando el
concepto de espiritualidad, cuando en realidad es la interacción de la energía
etérea (el alma), con la energía vital (el espíritu), a través de la conciencia
a la mente y al inconsciente, haciéndolo consciente. Es así que se logra la
comunicación integral desde el SER hasta la ENERGÍA UNIVERSAL y viceversa.
Una vez entendido el concepto, podemos recurrir a Huxley en el sentido que "el Alma es obligada por las leyes humanas a estar
adscrita al cuerpo, con capacidad de elevarse e identificarse con el espíritu
(o la energía vital) y a través de éste con el TODO..." alimentando los ARQUETIPOS
que son el contenido del “pegamento del Universo” o “sopa cuántica” y que
conforman la CONCIENCIA UNIVERSAL. Es así, que la SINCRONICIDAD como concebida
por Jung y Pauli se hace posible, en la UNIDAD DEL TODO.
Sobre lo ARQUERIPOS:
Los arquetipos como los conocemos comúnmente, son
producto de la evolución de la sociedad a través de los siglos, que incluye por
cierto a las religiones que precisamente enmarcan a los feligreses, dentro de
arquetipos que terminan siendo PARADIGMAS y que incluso pueden devenir en
prácticas de sometimiento y fanatismos.
Dentro de la estructura social, estos paradigmas se
cimientan en las personas, que terminan encasillando su forma de pensar y
actuar, dentro de las organizaciones o instituciones en que se desenvuelven, desde
la familia, la sociedad organizada o en su actividad productiva en el trabajo.
Arquetipos muy clásicos: “la división del trabajo”
(roles dentro de las organizaciones), “el machismo”, los mismo dogmas de fe,
entre otros.
Pero, más allá de los arquetipos sociales que la gente
mentaliza como paradigmas y que podemos denominar ARQUETIPOS DE LA VIDA, están
los ARQUETIPOS DE LA EXISTENCIA, que trascienden al ser humano y a la vida como
la conocemos o percibimos; y que son los que han gobernado la SINCRONICIDAD
CUÁNTICA desde el BIG BANG hasta nuestros días, permitiendo el desarrollo del
universo material y energético; así como la evolución de la vida en todas sus
formas.
Estos ARQUETIPOS DE LA EXISTENCIA UNIVERSAL, han
venido retro-alimentándose y evolucionando a través de 13,800 millones de años
de manera FRACTAL, estructurando el Cosmos tal cual es conocido hoy y del cual
formamos parte y son parte de nuestra vida a partir de la integración de la
energía que hace posible la vida.
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