domingo, 30 de agosto de 2015

LA FARMACIA DEL CEREBRO – Parte III

SANACIÓN CUÁNTICA


En el momento en que se siente una emoción, el hipotálamo libera los neurotransmisores (neuropéptidos) que actúan a través de la hipófisis en la zona sináptica de las membranas modulares.

La sinapsis es una unión intercelular especial entre células neuronales o entre una neurona y una célula efectora (casi siempre glandular o muscular). En estos contactos se lleva a cabo la transmisión del impulso nervioso que se inicia con una descarga química que origina una corriente eléctrica en la membrana de la célula pre-sináptica (célula emisora); una vez que este impulso nervioso alcanza el extremo del axón (conexión con la otra célula), la propia neurona segrega un tipo de compuestos químicos (neurotransmisores) que se depositan en el espacio sináptico (espacio intermedio entre esta neurona transmisora y la neurona receptora). Estas sustancias segregadas (ver tabla en la Parte II de este despacho) son los encargados de excitar o inhibir la acción de la otra célula llamada célula post sináptica (receptora).

Estos enlaces químico-eléctricos están especializados en el envío de cierto tipo de señales de pervivencia, las cuales afectan a otras neuronas o a células no neuronales como las musculares o glandulares. Existen dos tipos de actividad base distinta, la actividad de pervivencia y la actividad de supervivencia.

La actividad sináptica de pervivencia se desarrolla en estos contextos:
  • Entre dos neuronas: al estímulo lo portan los neurotransmisores de tipo aminoácido.
  • Entre una neurona y una célula muscular: al estímulo lo portan los neurotransmisores de tipo éster (ácidos oxigenados).
  • Entre una neurona y una célula secretora: al estímulo lo portan los neurotransmisores de tipo neuropéptido.
El secreto del bienestar, está en el adecuado balance neuroquímico del cerebro, que se logra cuando existe una coherencia a nivel del Sistema Celular (incluido el neuronal), lo que se logra con un óptimo nivel de vibración del sistema en su conjunto y de cada órgano en particular. En efecto, el Sistema Celular vibra en los límites de un rango de frecuencias; y cada órgano en un sub-rango particular a cada uno incluso distinto cuando se trata de órganos pares (p.e. pulmones, lóbulos cerebrales, riñones…).

Cualquier desviación, en cualquier órgano, es el inicio de una enfermedad, que es anotado en todas y cada una de las células del sistema instantáneamente por efecto de la “conciencia sensorial” que opera con base a la no-localidad cuántica a nivel de los ADNs. El cerebro ante cualquier desbalance, reacciona positivamente enviando energía para restablecer el equilibrio, o negativamente, deprimiéndose y generando un debilitamiento del sistema inmunológico y por tanto del sistema celular en su conjunto. Esa reacción, se da a nivel sináptico donde actúan los neuroquímicos del cerebro para excitar o inhibir la acción celular.

Resulta claro que en la medida que la persona por sí misma o con ayuda de terceros ejerza una recuperación energética como primera instancia o en instancia complementaria a la medicina tradicional, el efecto beneficioso se dará a nivel neuroquímico en el cerebro y en el restablecimiento del nivel vibratorio del (o de los) órgano(s) afectado(s).

ESTA ES LA BASE DE LA SANACIÓN CUÁNTICA.


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