Las terapias energéticas
El ser humano es pues, un sistema de energías en vibración continua. Las moléculas que componen cualquier clase de materia están en constante vibración. Lo mismo sucede con los átomos y las partículas subatómicas. En realidad, cada átomo, cada molécula y cada célula tienen respectivamente, una banda electromagnética de cierta amplitud en la cual emite energía y la absorbe.
Luego está en comunicación con el mundo
exterior, transmitiendo y recibiendo, vía su espectro de frecuencia resonante.
Gracias a esto podemos interactuar con el cuerpo y beneficiarle en caso de
enfermedad con la ayuda de un amplio abanico de terapias vibracionales. Estas
técnicas influyen sobre la coherencia e intensidad del sistema energético
humano. La coherencia representa una relación armónica entre las partes de un
sistema y se hace imprescindible para estar sano física, mental y
emocionalmente.
Durante la segunda mitad del siglo XX
se descubrió que, a partir de cierto umbral energético, las moléculas vibran al
unísono y se comportan como una sola super-molécula (Experimento Filadelfia?).
Debido a esta propiedad podemos afirmar
que el ser humano constituye un complejo cuántico donde existe un patrón de
onda totalmente coherente. Para favorecer esa coherencia se puede interactuar
con el cuerpo mediante terapias que utilizan la luz, el color e incluso el
sonido y la música.
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